El 28 de octubre de 2003, Mark Zuckerberg, joven estudiante de Harvard, creó la red Flashmash, precursora y progenitora de Facebook. Nosotros, después de 12 años, en octubre de 2015 vamos publicar un libro electrónico sobre lo que representa la cara sucia de la red más popular del mundo.
En los próximos días realizaremos un blog en el cual se indicará el camino que recorreremos para explicare en los particulares todo lo que pensamos hacer, de ahora hasta el mes de octubre, para promocionar una campaña de sensibilización y denuncia sobre este tema candente.
Por medio de una investigación atenta y meticulosa de dos años, relativa a los perfiles de más de 1.500 millones de los que utilizan la red (investigación obviamente no exhaustiva) nos ha permitido elaborar una amplia exhibición de los horrores que llenan las páginas del social más poblado y popular del mundo, y que publicamos en este dossier.
Este libro que vamos a publicar representa entonces un compendio, por cierto limitado y parcial, de la chatarra y basura que infecta las páginas de Facebook de todos los continentes.
Hemos seleccionado las fotos y los videos más emblemáticos al fin de denunciar los riesgos, especialmente para las generaciones más jóvenes, de una red llena de huecos que, a pesar de un deber de vigilancia siempre proclamado y nunca actuado, permite a niños y niñas de todo el mundo, de entrar en contacto con la suciedad y las aberraciones que se presentan públicamente. Al mismo tiempo, con esta “galería” de horrores evidenciamos como no funcionan controles o censuras sobre todo lo que diariamente se presenta en la red.
Nuestro libro es sobre todo una pública denuncia del degrado al cual puede llegar, para un público de tanta magnitud, un mal entendido sentido de libertad de comunicación y divulgación en la búsqueda de una máxima compartición. A Ustedes, después que habrán leído este trabajo, se entregará la tarea de expresar un juicio sobre lo que hemos definido la cara sucia de Facebook, a partir del principio que sin embargo hay límites naturales y éticos que no pueden ser superados, sobre todo por parte de una red social de tan amplia difusión.
Por lo tanto es nuestra preocupación fundamental imponer inmediatamente una prohibición categórica a menores de 18 años en todas las latitudes, que participen a cualquier impresa de este tipo
Antonello e Salvatore Zappadu
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